Hay historias tan especiales que merecen ser contadas. La de Ricardo Fisas fundador de Natura Bissé, es, sin duda, una de ellas.
He podido comprobar, de primera mano, el impacto que causa Ricardo a todo el que le escucha en cualquiera de las múltiples conferencias en las que le han invitado a contar el caso de éxito de Natura Bissé.
Y la clave de ese impacto no está sólo en la historia – apasionante -, sino también en su forma única de transmitirla, con emoción, con autenticidad, con humildad (reconociendo por igual aciertos y errores), y con un entusiasmo contagioso, que infunde ilusión y espíritu de superación y ayuda a levantarse y salir adelante pase lo que pase.
Toda su vida y su persona rezuma una humanidad desbordante, y por ello, su testimonio cala, conmueve en lo más profundo e inspira. Estamos ante la historia, las vivencias más sensibles y personales de un líder que inició una aventura empresarial a sus 50 años.
Y este liderazgo proviene no sólo del hecho de que haya logrado fundar primero, junto a su esposa, Mª Gloria (una gran mujer no detrás de un gran hombre, sino siempre a su lado, con idénticos méritos y peso en esta historia), y desarrollar después, con sus hijos y yernos, una empresa como Natura Bissé, sino, fundamentalmente, de la capacidad de este matrimonio fundador de hacer de su vida una ocasión constantemente aprovechada de impactar positivamente en toda la gente que les han conocido.
Es admirable observar en la trayectoria de ambos, de Ricardo y de Mª Gloria, cómo han sabido crecerse con cada dificultad del camino; cómo supieron salir de su zona de confort y encontrar el coraje necesario para convertir los problemas en oportunidades, con fidelidad a sí mismos y a sus principios; cómo han vivido y transmitido un legado de valores que comparten con sus hijos y que constituye ya una impronta esencial en su propia identidad.
Ricardo ha tenido la inteligencia de saber pasar, en cada contratiempo, del ¿por qué a mí? al ¿para qué a mí?, exprimiendo en positivo el aprendizaje de cada experiencia en beneficio de todos, y consiguiendo así una existencia plena, un éxito en su dimensión más transcendente. “El Presidente de Verdad”, como él dice, tiene que estar muy orgulloso de lo que ha hecho con las circunstancias – no siempre fáciles – que le ha tocado vivir.
Tengo la inmensa fortuna de trabajar en algo que me apasiona: ayudar a las familias empresarias en la continuidad de sus proyectos empresariales y en la perpetuación de su legado, manteniéndolas unidas y comprometidas.
A todas las aprecio, todas son mis otras familias. Pero la familia Fisas Vergés es especial. Tiene el espíritu y los valores que identifican a las que consiguen superar todas las estadísticas y llegar a ser centenarias.
Natura Bissé cumplió el año pasado 30 años y si, como estoy segura, consiguen mantener la visión, el entusiasmo, el espíritu emprendedor, la innovación, la excelencia, la comunicación, y sus valores más genuinos, serán capaces de escribir muchas más páginas de historia y vivencias que merezca la pena contar y escuchar.
Quiero agradecer el entrañable gesto de invitarme a escribir este prólogo, y compartir en estas líneas lo privilegiada que me siento por haber vivido con el protagonista de la historia y su familia etapas transcendentales, llenas de retos, pero siempre ilusionantes. Confío en que quede mucho por compartir todos juntos.
Este libro también será un éxito. Por eso, querido lector, si tiene la curiosidad y el acierto de disponerse a bucear en sus páginas, prepárese para dejarse impactar positivamente encontrando la inspiración, las lecciones de la experiencia, la fuerza y el entusiasmo para seguir trazando su propio camino. Feliz lectura.
Julia Téllez Roca
Abogada
Directora del Área de Empresa Familiar y Miembro del Consejo Asesor de Gómez-Acebo y Pombo
Haciendo yo también memoria para recordar la historia de mi amistad con Ricardo, creo que he de situarme en los años 1960 y 1961, cuando me invitó a trabajar en la “cabina de cine” con el equipo que dirigía el cinefórum en la Facultad de Teología de los Jesuitas en Sant Cugat del Vallès.
Esta amistad se hizo más profunda cuando Ricardo, como ya explica en su historia autobiográfica que estoy prologando, inició su discernimiento espiritual para dejar la Compañía de Jesús y me tuvo a su lado, enseñándome cómo tenía que trabajar en la programación del cinefórum y en el trato con las empresas distribuidoras.
Aquel trabajo en común al servicio de nuestra formación cinematográfica se realizaba en una época difícil por la presencia de la censura oficial, y hacía falta valor para poder programar, tal como hicimos, películas que, como Viridiana, sufrían “persecución por la justicia”.
Entonces conocí el empuje arrollador de Ricardo y también su profunda fe cristiana. Ambas cualidades, integradas en su fuerte personalidad, le llevaron a iniciar otro camino fecundo en su vida.
Con esto acabo de citar dos dimensiones profundas características de la personalidad de Ricardo, que dan vida y alma a toda su historia, tanto personal como profesional.
Porque mirando el camino recorrido que nos describe en su libro con la gratitud con la que Ricardo lo hace, no puedo menos que decir yo también, ahora, cuando comparto desde hace unos años equipo de espiritualidad con Mª Gloria y Ricardo, que la mano del Señor y la fuerza del Espíritu han estado con ellos, acompañándolos en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad todos los días de su vida, como se juraron un día, hace cerca de 50 años.
Una fuerza y un acompañamiento que le ha hecho pasar por la formación en el extranjero, el aprendizaje, el paro, la vida lejos de Barcelona, el despido, la creación de una nueva empresa y el crecimiento de la misma hasta el máximo nivel.
Ha habido una etapa de lucha y formación en solitario, pero luego ha llegado la etapa de plenitud humana al compartir con Mª Gloria una familia con cuatro hijos.
Es una historia impactante la de esta pareja, y ahora Ricardo se lanza a escribirla para que, a su vez, este escrito impacte a sus hijas e hijos, a sus nietos y nietas, y les dé horizontes de nueva vida y de creatividad.
A esta creatividad y empuje se ha unido en la etapa final –no podía ser antes en la etapa de crecimiento– la Fundación de la Solidaridad con Bolivia, aquel país en el que Ricardo trabajó cuatro años en Radio Loyola. Unos años que dejaron siempre en su corazón el dolor por el sufrimiento y la pobreza de todo un pueblo.
Así, las generaciones que vendrán podrán tener amplio campo para que puedan construir sus propias empresas personales y aprendan a ser solidarios en ellas y desde ellas en el futuro.
No me queda más en este prólogo que agradecerte, Ricardo, que, tan en línea de tu creatividad personal, nos ofrezcas en este escrito la profundidad de tu experiencia personal y la de vuestra experiencia de pareja para hacernos crecer a todos en un dinamismo vital que vaya siempre acompañado de una profunda acción de gracias a Jesús N. S.
Barcelona, a 23 de mayo de 2010. Fiesta de Pentecostés.
Ignacio Salvat S.I.